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miércoles, diciembre 30, 2009

MPM VII '09

Y aquí estoy, otra vez en la sala VIP de Spanair, comiendo aceitunas gordas (lo cuál creo que es la tradición navideña más arraigada que tengo) y esperando que los fantabulosos controladores aéreos canarios tengan a bien dejarnos partir hacia allí.

En un número indeterminado de horas (entre 1 e infinito) subiré al avión y volveré a canarias, donde nos irá a recoger mi hermana al aeropuerto. Lo interesante del asunto es que mi hermana... ¡Está en la playa! Y yo aquí pelándome de frío.

Ayer salí de marcha con unas amigas y unas amigas de esas amigas (por lo tanto creo que ahora puedo decir que salí con cuatro amigas, porque claro, ahora son amigas mías también, pero entonces no lo eran... Estoy confuso) lo cuál me convirtió en la persona más envidiada del local, debido al alto nivel de jamonez del que me rodeaba. Después de meterme un litro de
Naturbier entre pecho y espalda, pagamos la cuenta y me fui de farra con el Farmaceútico y una cantidad ingente de italian@s.

Sobre las 2 decidí largarme a mi casa, así que me despedí y, a los cinco minutos de empezar a caminar, empezó a llover a mares. Lo cuál no sería tan importante si no fuera por el hecho de que tardaba otros 25 minutos en llegar, siendo este el resultado al llegar a casa.


En cambio, mientras yo me calaba hasta los huesos, el Farmaceútico se estaba enrrollando con una italiana MUY borracha llamada Mara que habíamos conocido tres minutos antes y que, cuando le intentó meter mano, huyó mientras gritaba "¡No, Álvaro, no!"

...

Seguro que de esta experiencia se puede sacar una enseñanza Zen importantísima, pero por alguna extraña razón se me escapa...

Y esta mañana me levanté con el pelo hecho mierda (cosas de acostarte con el pelo húmedo...) y me duché, recogí las cosas y me vine al aeropuerto con mi madre.

Una vez llegamos al aeropuerto, empezó otra vez a llover. Pero en este caso las gotas tenían un tamaño tal que hacían daño contundente al golpear.

Y aquí termina mi periplo madrileño de estas navidades.

Mañana, a currar.

Taluego!

4 comentarios:

Anónimo dijo...

se llamaba mara?, bueno lo importante Alvaruú, es que has aprendido que las italianas borrachas se quedan con tu nombre antes que con el mio y que nunca es demasiado pronto para irse a casa. Próximamente le cuento los detalles de la historia.

Saludos
El farmaceútico.

Álvaro Loman dijo...

Conociendo ahora la historia completa... Lo de la italiana borracha es más inquietante aún.

Warnert dijo...

eres el TIPICO que se saca una autofoto de arriba abajo con cara seria y el pelo mojado en plan emo chungo de la vida +5

Álvaro Loman dijo...

Joder, y yo que pensaba que era el primero en sacarme una foto como esta...

No te preocupes ¡Todavía puedo ser original! Me voy a poner en el Facebook una foto sin camiseta, reflejado en el espejo del baño.

Eso no se le ha ocurrido a NADIE.