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miércoles, julio 02, 2008

Corto de Zombies Sin Nombre

INT. Casa de Fernando - Día

Fernando está en su casa, sentado en la mesa del salón escribiendo algo. De repente suena el teléfono, se levanta y lo coge.

Fernando:

¿Quién es?

Ernesto:

Pon la tele, rápido.

Fernando:

¿Diga? ¿Quién es?

Ernesto:

Soy Ernesto, coño ¿Estás viendo la tele?

Fernando:

No, estaba estudiando un poco.

Ernesto:

Pues enciende la tele ya.

Fernando busca el mando de la tele con la mano, finalmente lo encuentra y pulsa un botón.

Fernando:

¿Que canal?

Ernesto:

Cualquiera.

Fernando se queda boquiabierto viendo la tele. Se acerca al aparato y se queda mirándolo muy cerca. En la tele hay un telediario con imágenes de personas avanzando lentamente con los brazos extendidos. Otras personas corren. El periodista habla de algo, pero no se le oye. Está muy nervioso.

Ernesto:

¿Fernando? ¿Fer? ¿Sigues ahí?

Fernando:

Ehh… Sí, sí. Estoy aquí ¿Qué coño es eso?

Ernesto:

Una puta invasión zombie.

Fernando:

¿Cómo?

Ernesto:

Que sí, coño. Son las noticias, es REAL.

Fernando:

No puede ser.

INT. Casa de Ernesto - Día

Ernesto está sentado delante del ordenador, está viendo la tele en el monitor del ordenador mientras habla por teléfono. Comprueba el filo de un machete y lo mete en su mochila.

Ernesto:

Claro que puede ser. Te dije que era sólo cuestión de tiempo.

Fernando:

Me dijiste eso después de ver 28 días después.

Ernesto:

Sí ¿Y?

Fernando:

¡No pensé que fuera en serio!

Ernesto:

Exacto. Y ahora yo tengo todo preparado y tú no.

Fernando va caminando a la ventana y mira por ella. En la calle no ve nada.

Fernando:

¿Dónde empieza la infección?

Ernesto:

En la zona mordida. Luego te mata lentamente y…

Fernando:

No, imbécil. En que parte de la ciudad están los zombies.

Ernesto:

No lo sé. Las noticias son un puto caos. (Empuja el suelo y desliza la silla, dirigiéndose a una pila de papeles) La primera noticia surgió en la autonómica a las 9:06 am y apuntaba a Triana.

Fernando:

… Espera ¿9:06 am? ¿Cómo lo sabes tan rápido?

Ernesto:

Siempre estoy a la busca y captura de este tipo de noticias. Deberías saberlo.

Fernando:

¡Estás como una puta cabra!

Ernesto:

¡Eh! Que yo no he soltado muertos vivientes por la calle. Pero aún así…

Fernando:

Un momento.

Ernesto:

…todos estos años he sido tratado como un paria por creer en la posibilidad de que los muertos se alcen y ahora que se demuestra que tengo razón ¡Estoy como una put…

Fernando:

¡Cállate!

Ernesto:

¿Ahora qué?

Fernando:

¿Dónde dijiste que empezaba la infección?

Ernesto:

En Triana.

Fernando:

¡Mi hermano fue allí a comprarme un regalo!

Ernesto:

No te preocupes más por él. Salió por las noticias hace cosa de media hora.

Fernando:

¿Estás seguro de que era él?

Ernesto:

Seguro. Tengo la grabación en el ordenador.

Fernando:

Menos mal ¿Seguro que está bien?

Ernesto está mirando el ordenador. Suena un grito por los altavoces. Ernesto niega con la cabeza.

Ernesto:

Yo no dije que estuviera bien. Sólo dije que no te preocuparas.

Fernando:

¡Oh, Dios mío!

INT. Casa de Fernando – Día

Fernando está llorando, sentado en el suelo y con el teléfono en la oreja mientras repite “Luís, Luís…”

Ernesto:

Fernando, tío. Tranquilo. Si te digo la verdad, era totalmente prescindible.

Fernando:

Luís, tío…

Ernesto:

Mira, Fernando. Tengo que preparar unas cosas más y voy para tu casa, la mía está demasiado cerca de un hospital. Mientras tanto tú cierra todas las ventanas y pon a cargar cualquier aparato eléctrico.

Fernando:

Sniff… ¿Qué? ¿Para qué?

Ernesto:

Lo podemos necesitar más adelante, y cuando el mundo sea tomado por los zombies, el suministro eléctrico caerá por falta de mantenimiento.

Fernando:

No, no. Lo de las ventanas ¿Para qué? Vivo en un cuarto piso.

Ernesto:

No sé como se propaga la infección. Pero imagínate que un mosquito pica a un zombie y luego entra en tu casa y te pica. Podría pasarte el G-Virus o lo que sea.

Fernando:

Tie… Tienes razón. Ahora lo hago.

Ernesto:

Sí, sí. Supera lo de tu hermano y ponte al tajo. Ahora voy para allá.

Ernesto cuelga y abre un ejemplar de La Guía de Supervivencia Zombie, asiente y apunta algo en una libreta.

Mientras tanto, Fernando se queda en el suelo unos instantes, oye un grito en la tele y ve que el reportero ha sido alcanzado por los zombies y el cámara huye. Aparece la carta de ajuste y luego un letrero que dice “PROBLEMAS TÉCNICOS. DISCULPEN LAS MOLESTIAS” Entonces Francisco se levanta como accionado por un resorte y apaga la tele. Va a todas las habitaciones de su casa cerrando ventanas, pero cuando vuelve por el pasillo al salón pasa por la puerta principal, que se mueve un poco por un golpe.

Fernando se para y pone una mano en la puerta. Otro golpe a la puerta y un gemido le hacen apartarla. Con algo de miedo acerca el ojo a la mirilla

INT. Casa de Ernesto – Día

Suena el teléfono. Ernesto está cargando un montón de latas de comida hacia la mochila. Para acercarse al teléfono aprieta el paso y se le cae una lata, por lo que mueve los brazos y se le cae otra de otro lado. Se le cae una tercera y al final termina por soltar todas las latas, que caen estrepitosamente al suelo, y corre al teléfono, descolgándolo.

Ernesto:

¿Sí?

Fernando (Con una bolsa con hielo en el ojo):

Mi hermano ha llegado. Está en la puerta.

Ernesto:

¿Qué?

Fernando:

Es uno de ellos. Se ha transformado en zombie.

Ernesto:

Seguramente se transformó de camino a casa para curarse. Por eso estaba tan cerca.

Fernando:

¡Está golpeando la puerta! ¡¡¿Qué hago?!!

Ernesto:

Podría alertar a otros muertos. Abre la puerta y mátalo. Nos vemos ahora.

Ernesto cuelga. Fernando hace un gesto de sorpresa y vuelve a marcar.

Ernesto coge el teléfono, visiblemente molesto. Tiene la trilogía de George A. Romero en la otra mano.

Ernesto:

Telezombie ¿Dígame?

Fernando:

¡Tío! ¡Es mi hermano!

Ernesto:

Ya no lo es. Ahora es un muerto viviente. Y por lo que veo en las noticias estos no corren, así que te resultará sencillo matarlo.

Fernando:

¡¡No puedo matar a mi hermano!!

Ernesto:

Ya está muerto ¡Maldita sea! Y, oye, aunque las reglas de Hollywood digan que a la larga terminaré infectado y a tu alcance por decir esto, si me muerden ¡Mátame!

Fernando:

Joder, no lo puedo hacer.

Ernesto:

Sí que puedes, sólo que no te atreves.

INT. Casa de Fernando – Día.

Silencio.

La puerta vuelve a retumbar. Otro gemido.

Silencio.

Fernando mira de nuevo por la ventana y ve a un hombre corriendo a toda velocidad.

Silencio.

Fernando:

Está bien, lo haré.

Ernesto:

Recuerda, dispara entre los ojos.

Fernando:

¡No tengo pistola!

Ernesto:

Oh, es verdad. (Ernesto recarga una pistola, comprobando que funciona) Pero tenías una katana ¿No?

Fernando va corriendo a su cuarto con el teléfono inalámbrico en la mano. Ve la katana y la coge.

Fernando:

Bien ¿Ahora qué?

Ernesto: (Voz en off) Está bien. Lo importante es que no te transformes en zombie, y es probable que te manches de sangre, así que minimiza el contacto con el cadáver. Guantes de goma, gorro de ducha y… Un albornoz o algo que puedas quemar luego.

>>Luego ve al baño y llena la pila de agua, para lavarte la cara en caso de que te manche de sangre. Por último abre la puerta y déjale entrar. Los zombies son lentos, así que apártate de un salto y, desde lejos, apoya la espada en su ojo. Luego cierra los ojos, contén la respiración y avanza.

Durante todo este tiempo se ve a Francisco haciendo todo lo que dice Ernesto, terminando vestido como él dice y con la katana en la mano.

Fernando, por el móvil:

Ya está.

Ernesto:

Genial. Llámame cuando esté terminado. Suerte.

Fernando cuelga el teléfono y mira al zombie de su hermano, que tiene cara de pena. Se le cae un regalo de las manos y al avanzar lo pisa. Fernando se pone en posición, poniendo la espada cerca del ojo ajeno. Le tiembla el pulso. El zombie parece que deja de avanzar un momento, quedándose extrañado. Gime.

Fernando inhala, cierra los ojos y da un paso adelante.

.

..

...

INT. Baño - Día

Fernando, con la cara totalmente ensangrentada, se lava la cara con mucha prisa. Después empieza a sonar el teléfono. Fernando aguanta un vómito y corre al váter.

Fernando sale del baño y mira al zombie tirado en el suelo del pasillo, con la katana alzada al techo clavada en su ojo. Ya se ha quitado el gorro de ducha y se está quitando el albornoz. El teléfono sigue sonando. Lo coge.

Fernando:

¿Ernesto?

Ernesto:

¿Lo has hecho? ¿Le has matado?

Fernando:

Sí. En cuanto lo hice empezó a vomitar sangre y me manchó toda la cara, pero me limpié rápidamente y…

Ernesto:

Dios mío… Yo…

Fernando:

¿Qué? ¿Qué pasa?

Ernesto:

Pon… Pon la tele.

Fernando enciende el televisor. Se oye a un presentador diciendo “ ya que pese a lo que pueda parecer, no están muertos. Repetimos para aquellos que nos acaban de sintonizar. Todo fue un experimento militar fallido, pero ya han tomado el control. EXISTE UNA CURA, repetimos. EXISTE UNA CURA, así que aíslen a los infectados y curen sus heridas…

Ernesto repite el nombre de Fernando por el teléfono, pidiendo perdón. Fernando deja caer el teléfono mirando el cadáver de su hermano.

Fundido en negro.

FIN

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Alvaruu, es cosa mía o en mitad del relato...¿Fernando se convierte en Francisco por arte de magia...?

un saludo

Álvaro Loman dijo...

D'OUCH!!

Ya está "arreglado" Si alguien ve algún fallo más, que lo diga :S

Anónimo dijo...

Definitivamente no es divertido ni atrapante. El final, previsible. Pero la onda de las historias de zombies estan muy bien, asi que por ese solo hecho le otorgo un 6.