Yastá, se acabó.
Estoy en el aeropuerto (como molan las salas VIP) comiendo aceitunas gordas, bebiendo Coca-Cola y jugando al GemCraft (bufff, que vicio tengo).
Ayer estuve de borrachera con Miriam hasta las 11, haciendo de consejero matrimonial y sin intentar tocarla en la zona del bikini (¡¡Te lo prometí, Marina!!) pillándono.
Luego casi conseguimos que nos detuvieran y por último fui borracho a la casa de mis abuelos, a despedirme de ellos.
Y nada más.
En una horita estaré ya volando (con suerte) y en casita en unas cuatro o cinco más.
:-D
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