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sábado, marzo 19, 2011

BBC vs USA

Hace poco he tenido una especia de revelación. Una de esas cosas que parecen mucho menos importantes y definitorias cuando las dices en voz alta.

La cosas es que cada vez me gusta más las series de la BBC. En estos últimos 10 años de mi vida he visto más series de las que recuerdo (por eso empecé el sublog de series) y mis gustos se han ido refinando más y más. Anatomía de Grey, House, Padre de familia o Dexter ya no forman parte de mi dieta, y pocas veces me llama la atención un show anunciado a bombo y platillo y, si lo hace, suele ser una serie que nació como algo más pequeño (Glee, Cómo conocí a vuestra madre o incluso Perdidos, cuyo éxito poca gente preveía) y que ganó fama por el boca a boca.

Pero las series de la BBC me atraen de una manera especial. No tanto por su perspectiva más europea ni por arriesgarse más con el tema de la ciencia-ficción, sino por algo que descubrí, como un dibujo 3D que hayas tenido siempre ante sus ojos, hace relativamente poco: Se puede ver la voz de sus creadores.

En las series americanas (y en las españolas, ya de paso) hay demasiada gente involucrada en llevar adelante un mismo producto, así que sus visiones se tropiezan, se superponen y se quiebran ante presiones por parte de la gente que pone el dinero. El resultado suele ser más o menos satisfactorio, porque son gente con MUCHA experiencia y gran criterio, que han sacado adelante durante años proyectos de lo más variopinto (JJ Abrams sólo era el creador de Felicity cuando se metió en Alias, recordadlo), pero empieza a ser impersonal y frío.

Muchas series mueren aplastadas por su propio éxito. Pasó con la estupenda Prison Break, con una fórmula que exigía a gritos una evolución de personajes que nunca ocurrió porque... Bueno, porque T-Bag molaba. Pasó con Heroes, cuando los productores no supieron ver que, si se va parte del equipo creativo, contratar a monos elegidos a dedo por Jeph Loeb para reescribir la primera temporada una y otra vez no es una buena idea. Pasó con Scrubs cuando no supieron parar la serie y crear spin-offs diferentes y está pasando ahora mismo con los subproductos de Seth McFarlane tras Padre de Familia, al no darse cuenta que la serie era tan buena como sus guionistas, no como su estructura humorística.

Odio ver esas cosas, y tengo miedo de ver que Glee va por el mismo camino, con una fama que no se buscaba al principio y que parece estar llevándolo por otros derroteros (espero equivocarme). Odio ver como la idea inicial del creador de un proyecto, sea cuál sea, se convierta en algo difuso y difícil de encontrar, como una declaración de amor gritada con megáfono en un estadio abarrotado de holligans.

Por eso me gusta la BBC, porque me da la impresión de estar viendo un producto que, en mayor o menos medida, responde a las inquietudes creativas de un grupo muy limitado de personas. Eso no significa que sea algo bueno, ya que puedes encontrarte series tan desaprovechadas como Beign Human o tan cutres como No Heroics pero... ¡Maldita sea, entiendo sus mensajes!

Puedo entender decisiones importantes tomadas a nivel de trama, y puedo entender por qué un personaje dice o hace algo en un determinado momento. Las situaciones duran lo que deben durar y no se estiran por motivos tan arbitrarios como encuestas de opinión o acuerdos legales con actores. ESA es la fuerza de la BBC, la conexión a ese nivel con el público.

Las series de la BBC duran muy poco, y por eso mismo se pueden permitir targets de audiencia muy reducidos, ya que en dos meses va a haber otra nueva serie que va a contentar a otra parte del público. Nada de series multitarget como se estila en España, o ecuaciones drásticas entre target y presupuesto. Puede que la BBC sea a veces difícil de ver, pero es democrática respecto a sus targets.

Y al poco de tener esta revelación, descubro una grandísima serie llamada Episodes sobre los creadores de una serie de éxito para la BBC que son contratados por un directivo de Showtime para hacer una reversión americana. Sólo he podido ver dos capítulos hasta ahora, pero es realmente TRONCHANTE.

En fin, para terminar (menuda parrafada) sólo decir que espero que en España se figen en esa forma de hacer televisión, ya que objetivamente no van a poder competir en medios con Estados Unidos. En ese sentido, el que Canal+ haya entrado en la ecuación me da esperanza.

Crucemos los dedos.

2 comentarios:

Pasota Ilustrado dijo...

Creo que en España jamás se atreverán a hacer series como en la BBC. Aquí todo lo que no sea hacer una dramedia con personajes y tramas para todas las edades, está fuera de lugar.
Me alegra que te guste "Glee", por cierto. Yo estoy empezando con ella y, ¡maldita sea!, inesperadamente me encanta. Jane Lynch es la hostia.

Álvaro Loman dijo...

A mí Canal+ me está dando esperanzas de que se consiga algo parecido. Creo que "¿Qué fue de Jorge Sanz?" es la primera serie española que no sea multitarget. Y a "Crematorio" le echaré el diente en breve.

Y sí, "Glee" es la CAÑA. Pero me da miedo que pueda no sobrevivir a tanta atención mediática, que lo cambie irremediablemente. Su encanto es que es una serie pequeñita sin pretensiones :-S