SuperOso & Friends

Saludos!

Como podéis imaginar, al final no perdí el avión, llegué sano y salvo (con una hora de retraso porque no había suficientes controladores aéreos para dar salida a todos los vuelos... Otra que me apunto a la lista) y desde entonces no he tocado mucho el blog, salvo para poner mi cancioncita de los lunes...

Este silencio de radio ha sido básicamente porque no tenía nada interesante que contar y porque me estaba preparando para un post GENIAL! que haré en breve.

Pero hoy me ha ocurrido algo que merece un post propio. Fui a Moebius a dejarme ingentes cantidades de dinero en cómics (unos que tenía reservados, otros que cogí sobre la marcha...) y nada más entrar encontré un cómic que me había llamado la atención cuando supe de su existencia. Se llama SuperOso y su amigo y en la página de Dolmen hay unas cuantas páginas de muestra que había leído y disfrutado.

El libro es en tapa dura, con papel DEL WENO, WENO y en blanco y negro con detalles en rojo (aunque la edición tiene un par de descuidos feos, como que el nombre del autor no sale en la portada o que la traducción falla a veces). Pensaba ir a darme caprichos, y como no había llegado la Edición Especial de Liberty Meadows, me pillé esto y me lo empecé a leer en la guagua de vuelta a casa...

Empezar... Empecé a leer, pero no tardé en devorar el libro con fruicción. La historia se centra en un niño que hereda de su abuelo recientemente fallecido un peluche de oso y un reloj que no funciona, pero de repente descubre que el peluche se puede transformar, al golpear su nariz, en un oso polar de tres metros con capa que lucha contra el mal.

La idea no está mal, pero el desarrollo es genial. Tiene detalles preciosos como lo del diccionario en el entierro o el primer vuelo con el oso. Y ese estilo de dibujo es puramente perfecto, con las líneas guía sin borrar y los diseños de personaje tan sencillos.

Además, tiene un prólogo divertido a cargo de Jeph Loeb, que desnuda un poco su alma hablando de sus amigos imaginarios (los cuáles debieron escribir los guiones de la serie Heroes, claro está) y, sobre todo, unas páginas de bocetos del propio autor, explicando la creación del personaje de SuperOso. Voy a rescatar un pasaje de esos extras (no suelo hacer Copy&Paste así que no os quejéis) que me pareció realmente inspirador. En él, el autor habla de su primera experiencia como dibujante, cuando contaba con sólo seis años y se presentó a un concurso del colegio para el cartel de Halloween:

"...pero lo que recuerdo con más nitidez es la sensación de dibujar y crear un mundo sobre el papel. Me encantó. Yo ya había dibujado. Había rellenado libros para colorear, y había hecho garabatos por ahí, pero aquello era diferente. Algo había encajado. [···] Lógicamente no gané el concurso. Era una imagen original, desde luego, pero si he de ser sincero, demasiado rara para alguien de primero. Eso sí, saqué algo más que un simple trofeo de aquella experiencia... saqué un impulso. No podía olvidar aquella sensación de necesitar dibujar y crear. Y sigo sin olvidarla."

Joder, y eso es lo que se siente. En mi caso lo de dibujar no es lo mío, pero sigo queriendo crear y moldear realidades, sentir como los personajes que has creado te miran y dicen "¿y ahora qué?" cuando has terminado con sus tramas y, sobre todo, esa sorpresa que te llevas al comprobar que otro personaje le contesta, que no necesitan de ti porque has creado vida. Una vida que fluye en el papel, que gotea tinta como la savia de un árbol y que se alimenta de tu tiempo, como un monstruo hipnótico que siempre te pide un poco más.

Concluyendo: Te odio, Mike Kunkel. Igual que odio a Jim Henson, Ciro Altabás, Bill Watterson, Juanjo Ramírez Mascaró, Neil Gaiman y los creadores de Puching Daisies o My Name Is Earl.

Y por supuesto, por el mismo motivo.

Taluego!

PD: Aunque no tiene nada que ver, hoy he descubierto que algún geek del tamaño de Godzilla ha creado un lenguaje de programación basado en el lenguaje del bibliotecario de MundoDisco. Eso es, el lenguaje OOK... ¡Cómo mola!