Llevo un tiempo algo apático.
Más o menos... Desde que llegó la calima (¡Tiempo de zombies! como dice Enrique).
Pero aunque la calima ya se ha ido (más o menos) de la ciudad, parece que saltó mis defensas y se apoderó, de alguna forma mística todavía no explicada por la ciencia, de mi ser. Estoy medio ido y noto que mi cerebro se espesa como yogur caducado al sol.
Tengo el Proyecto Fin de Carrera semi abandonado, no voy casi a clase y en la beca trabajo lo justo y poco más. Me digo a mí mismo que tengo que continuar y tampoco puedo culparme de falta de incentivos. Incluso para temas más de mi interés como son los guiones de cómic, el blog, el podcast o la partida de Midnight, me cuesta horrores concentrarme y mi mente divaga por los páramos perdidos entre el "dub-dubba-duh" y el "bulubú-bublú".
Porque no es que le de vueltas a algo específico, sino más bien como si mi microprocesador esté recalentado y se reinicie automáticamente con un estruendoso pitido cada vez que lo intento arrancar. Pero el problema es que... no hay problema. Simplemente estoy amodorrado, sin sangre ni pasión. Parece que mi único motor es la inercia y mi única gasolina la rutina.
Miro al futuro y me emociono con las cosas que están por llegar. Pero a la hora de coger las riendas y encarar hacia allí el carromato, me agota pensar en el polvo del camino (pese a no ver muestras de ello en el horizonte) y dejo al caballo pastar tranquilamente.
Ayer fue el punto culminante de mi apatía. Me propuse adelantar el Proyecto y quedarme en mi casa programando y adelantando trabajo atrasado, pero no hice nada. Me desperté con un calambre en la pierna que sólo consiguió ponerme de mala leche y querer vegetar toda la mañana. Por la tarde me convencí de programar aunque fuera sólo un rato, pero se fue la luz y estuve toda la tarde sin poder encender el ordenador... Prefiero no tomármelo como una señal divina.
Hoy ya estoy un poco mejor y he conseguido avanzar un poco. Por lo pronto, ya he escrito los posts de todos los lunes hasta finales de abril, con la idea de reservarme ese tiempo en el Script Frenzy y mañana mismo he quedado con Gema Segundo para continuar con el cómic de los Gatos Mutantes, con la intención de dejarlo todo perfectamente atado. Además, mañana por la tarde continuaré la partida de Midnight, que es de las pocas cosas que últimamente hacen que me palpite un poco más el corazón.
Y eso es todo. Espero que se me pase en breve y pueda volver a ser persona en poco tiempo.
Taluego!
Más o menos... Desde que llegó la calima (¡Tiempo de zombies! como dice Enrique).
Pero aunque la calima ya se ha ido (más o menos) de la ciudad, parece que saltó mis defensas y se apoderó, de alguna forma mística todavía no explicada por la ciencia, de mi ser. Estoy medio ido y noto que mi cerebro se espesa como yogur caducado al sol.
Tengo el Proyecto Fin de Carrera semi abandonado, no voy casi a clase y en la beca trabajo lo justo y poco más. Me digo a mí mismo que tengo que continuar y tampoco puedo culparme de falta de incentivos. Incluso para temas más de mi interés como son los guiones de cómic, el blog, el podcast o la partida de Midnight, me cuesta horrores concentrarme y mi mente divaga por los páramos perdidos entre el "dub-dubba-duh" y el "bulubú-bublú".
Porque no es que le de vueltas a algo específico, sino más bien como si mi microprocesador esté recalentado y se reinicie automáticamente con un estruendoso pitido cada vez que lo intento arrancar. Pero el problema es que... no hay problema. Simplemente estoy amodorrado, sin sangre ni pasión. Parece que mi único motor es la inercia y mi única gasolina la rutina.
Miro al futuro y me emociono con las cosas que están por llegar. Pero a la hora de coger las riendas y encarar hacia allí el carromato, me agota pensar en el polvo del camino (pese a no ver muestras de ello en el horizonte) y dejo al caballo pastar tranquilamente.
Ayer fue el punto culminante de mi apatía. Me propuse adelantar el Proyecto y quedarme en mi casa programando y adelantando trabajo atrasado, pero no hice nada. Me desperté con un calambre en la pierna que sólo consiguió ponerme de mala leche y querer vegetar toda la mañana. Por la tarde me convencí de programar aunque fuera sólo un rato, pero se fue la luz y estuve toda la tarde sin poder encender el ordenador... Prefiero no tomármelo como una señal divina.
Hoy ya estoy un poco mejor y he conseguido avanzar un poco. Por lo pronto, ya he escrito los posts de todos los lunes hasta finales de abril, con la idea de reservarme ese tiempo en el Script Frenzy y mañana mismo he quedado con Gema Segundo para continuar con el cómic de los Gatos Mutantes, con la intención de dejarlo todo perfectamente atado. Además, mañana por la tarde continuaré la partida de Midnight, que es de las pocas cosas que últimamente hacen que me palpite un poco más el corazón.
Y eso es todo. Espero que se me pase en breve y pueda volver a ser persona en poco tiempo.
Taluego!
1 comentario:
¡¡Arriba ese ánimo!! que te necesito a tope para el Saló de Barna ;)
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