La línea de meta

Antes que nada, aprovecho para darme un poco de bombo y platillo y comento que:

El jueves 29 de julio actúo en el Café Despacio
con el espectáculo de una hora "Asco de Vida"



C/ Cebrián, 54 (esquina con C/ Eusebio Navarro),
Las Palmas de Gran Canaria

Entrada gratuita

Y una vez dicho eso, paso a relatar lo que quería contar:

Como siempre, estoy en varios proyectos a la vez: Espectáculos, series, cómics, cortos, un libro, un juego de cartas...

Y me voy metiendo en más berenjenales. Intento acaparar más y más campos donde trabajar, intentando así no cerrarme ninguna puerta. Intentando brillar en algún sitio, conseguir llamar la atención.

Pero todas las líneas de meta se mezclan. Doy pasos en demasiadas direcciones y, aunque vea el final de casa una de ellas, me parecen siempre igual de alejados. Y da igual que sepa a ciencia cierta que he dado pasos, que la meta por cojones tiene que estar más cerca, porque sólo sé que está detrás de ese horizonte brumoso.

Es agotador.

Y hay gente que me ayuda y comparte conmigo un poquito de su cantimplora, para quitarnos el polvo de la garganta. Pero también hay gente que me estorba, que dice tener un mapa para llegar cuando realmente quiere echar una ojeada al mío para orientarse. Y es difícil diferenciarlos, realmente.

Yo sigo caminando, soplando para quitar toda la arena que tapa las baldosas amarillas y poder diferenciarlas de aquellas que se agrietan y llegan a un pozo con pinchos al fondo.

Y pasito a pasito, voy vislumbrando tras el horizonte lo que parece ser la cúspide de la torre más alta del castillo más alto. Eso me anima a seguir, y no quedarme en una de las muchas posadas donde se han quedado amigos para descansar, diciéndose a sí mismos que "sólo retomarán fuerzas un ratito para poder seguir".

Ya les enviaré una postal cuando llegue.